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Conocido también como Ià, es un pequeño pueblo ubicado en el extremo norte de la isla de Santorini.
Está catalogado como el más hermoso y pintoresco de toda la isla. Se caracteriza por sus calles estrechas y viviendas de construcción tipo troglodita, es decir, parecen estar suspendidas al vacío.
Todas las casas de Oia están pintadas en blanco, mientras que los techos son azules. Esta es la imagen de los pueblos más tradicionales de Grecia, es decir, los que aparecen en la mayoría de las postales, calles estrechas de obligado paso peatonal y balcones llenos de flores de colores.
¿Qué ver en Oia?
La mayoría de los turistas se trasladan desde Santorini hasta Oia con un fin en particular. El lugar tiene la fama de tener una de las mejores puestas de sol en todo el mundo. Cada tarde cientos de personas se reúnen para ver está maravillosa obra de la naturaleza. El sitio ideal para verlo es en las inmediaciones del Castillo Veneciano, por ser uno de los puntos más altos. Aunque, sin lugar a dudas cualquier ubicación es buena para presenciarlo.
Aparte de este evento diario, en el pueblo también se pueden realizar otro tipo de actividades. Visitar el Museo Marítimo es una gran oportunidad para apreciar instrumentos de navegación, documentos y partes de barcos que forman parte de la historia del lugar.
Justo en el centro de Oia está la Catedral Ortodoxa, una imponente construcción que permite disfrutar del arte y que según quienes la visitan transmite una sensación de paz y tranquilidad. Para los amantes de las playas también existen algunas recomendaciones; Baxedes, a una distancia de tres kilómetros se caracteriza por ser pedregosa y de arenas oscuras, es pequeña y angosta pero con encanto.
También está la opción de realizar un paseo en barco por los alrededores de Oia. El recorrido incluye un baño en las aguas azufradas, visita al volcán y a la isla de Thirasia.
Llegar hasta Oia
El viaje hasta Oia puede hacerse a través de varios medios. Casi todos los viajeros llegan desde Fira a través de un vuelo proveniente de Atenas o en barco, una vez allí tienen tres opciones:
- Autobús: El recorrido se hace en apenas 12 minutos. Según la época del año en que se visite, las rutas salen con mayor frecuencia, por ejemplo, en el verano cada 30 minutos parte uno. Todos llegan y salen desde la plaza central de Oia.
- Andando: Esta es una opción que cada vez escogen más los turistas. Son 10 kilómetros los que separan a Fira de Oia, para una persona promedio este recorrido toma alrededor de tres horas, pero con vistas de ensueño.
- En moto o coche: Los viajeros tienen la oportunidad de alquilar ya sea una moto o un coche para llegar a Oia. Es recomendable mantener una velocidad moderada, ya que en algunas partes del camino las curvas son muy cerradas y peligrosas.
Dormir en Oia
Las alternativas en cuanto al alojamiento en Oia son variadas. Existen hoteles de lujo con suites que incluyen una piscina privada, entre muchos otros servicios, hasta hostales y villas sencillas pero muy cómodas. También está la posibilidad de rentar un apartamento o casa, esta opción es ideal sobre todo para los grupos grandes de viajeros, así pueden distribuirse mejor y resulta un poco más barato. Todo depende de los gustos particuplares de cada grupo, así como del presupuesto disponible.
La historia de Oia
Santorini se creó luego de la inmensa explosión de un volcán. De acuerdo con los científicos ésta pudo ser la mayor catástrofe de este tipo en 10000 años. Luego de este evento, la isla emergió con forma de círculo, también denominado caldera.
En épocas pasadas, este pueblo era un centro de comercio entre distintas naciones, entre ellas Rusia y Egipto. Hacia finales del siglo XIX era uno de los puertos más ricos de toda la región, los oficiales de los barcos que llegaban constantemente vivían en la cima de la montaña, mientras que los marineros y el resto de la tripulación lo hacían en las viviendas construidas entre las rocas.
Con el paso del tiempo, este comercio fue decreciendo. Algunos de los tripulantes de estos barcos se quedaron a vivir en la isla, por lo que en la actualidad aún se conserva ese estilo clásico y tradicional en sus construcciones, aunque ahora las casas presentan uniformidad en sus colores, uno de los símbolos más representativos de toda Grecia.